La Ryder Cup es la mejor demostración de que no se debe vender la piel del oso antes de cazarlo. Si bien es cierto que el equipo americano partía como favorito y que su obligación de romper la racha ganadora de Europa convertían a los de David Love III en un verdadero peligro, por un momento tuvimos la tentación de vernos ganadores tras el resultado de la mañana del sábado.
Sin embargo, los four-balls de la tarde sacaron a los hombres de Clarke de la ensoñación y les obligarán a echar el resto en los individuales después de que una tarde que comenzaba bien, con victoria de McIlroy y Pieters, que se han convertido en la pareja revelación del torneo, se impusieran a Koepka y Johnson en el 17.
Con Rafa Cabrera-Bello en el banquillo, a Sergio le tocó emparejarse con Martin Kaymer, a priori una de las grandes bazas del equipo pero que esta vez no dio el resultado esperado y cayó, junto al castellonense, frente a Phil Mickelson y Matt Kuchar que se impusieron por 2&1 al igual que el duelo que enfrentó a Patrick Reed, que se ha convertido en el alma de su equipo, y Jordan Spieth; frente a Justin Rose y Hernrik Stenson.
(Foto: Twitter | @RyderCupUSA)