El campo de Southampton empieza a cobrar tributo. Solo cuatro golfistas, los cuatro que comparten el liderato del U.S. Open, han logrado jugar bajo par en esta primera ronda en Shinnecock Hills, donde terminar con -1 es todo un éxito.
Una meta que no han podido alcanzar ninguno de los españoles. El que más acercó fue Rafa Cabrera Bello a quien sus 73 golpes le dejan un camino de cuatro golpes por recorrer si quiere alcanzar al cuarteto de cabeza. Es verdad que el birdie del 2 hacía pensar en que el canario saldría mejor parado, pero los cuatro bogeys que llegaron después le colocan en una decimonovena posición que, a la vista de los resultados, en un buen sitio para instalarse.
Algo parecido pasó con Sergio García. El birdie al 1 auguraba un futuro mejor que el que el campo tenía pensado para el castellonense. Tres bogeys más en los primeros nueve y otros dos y un doble bogey en los segundos, acababan elevando hasta 75 los golpes que Sergio necesitó para completar su primer recorrido.
A quien no dio respiro Shinnecock Hills fue a Jon Rahm. El vasco se cargó de bogeys desde los primeros compases y, aunque pudo descargar en apreté su marcador con dos birdies, dos doble bogeys -uno de ellos en el 18- y seis bogeys repartidos en ambas vueltas a partes iguales, enviaban a Rahm al último tercio de la tabla.